Los que bancan al Chivo, y los americanizados de Ford.
Los Federales, y los salvajes unitarios.
Los Peronistas, y los radichetas.
Los Nacionalistas, y los cerdos liberales.
Los que toman Pepsi, y los forros que piden Coca.
Los Comprometidos, y los parásitos pacifistas.
Los Borgianos, y los Sabatontos.
Los que cultivan la Familia y los egoístas independientes.
Los que usan desodorante en barra, y los grasas del aerosol.
Los que escuchan rock, y los que ponen la radio.
Los que comulgan de la boca, y los conciliares que toman la Ostia con la mano.
Los que hablan de mas, y los que callan de menos.
Los que se caen, y los que no se animan.
Los que hacen, y los que critican.
Los que tienen perros, perros: y los que tienen perritos de mierda.
Los que no se bancan a los hippies buena onda, y los hippies egoistas.
Los tacheros-dealers y los tacheros mentirosos.
Los del bodegón y los diet.
Los libres, y los loros demócratas.
Los hombres de honor, y los que solo piensan en las zapatillas.
Los que saben tomar, y los que toman bebidas blancas. Porque las bebidas fermentadas son alquímicas, y el fruto -sea la uva, la malta o las especias para el fernet- se sacrifica, muere y renace en un exlixir mágico.
Los duhaldistas, y los apátricas.
Los que trabajan para comer, y los que trabajan para dormir.
Los tolerantes, y los anticlericales.
Los Iorio, y los Charly García.
Continuará...
jueves, 21 de octubre de 2010
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