Durante los 90´ los consumidores y la comunicación publicitaria priorizaron el mundo fenoménico o de las concecuencias: se ponderó el éxito laboral, la belleza exterior, el triunfo externo, los placeres personales, el spa, el ejecutivo.
Los estudios actuales muestran que los consumidores están cambiando su escala de valores, volviendo al mundo causal, menos frívolo y más auténtico... hoy se valoriza la amistad, la vida en familia, y bienes más humanos, más "tradicionales". De alguna manera me alegra que la tradición oral y familiar, que internet y la TV habían desechado por obsoleta, vuelva. Seguramente resignificada, reformulada, pero en esencia la misma.
Esto me hace pensar que los valores occidentales tradicionales no son tan artificialmente culturales sino que están de cierta forma impresos en nuestra naturaleza. Más abajo les comparto un comercial que resume un poco estas ideas. Es sabido que el origen de la producción de licores y bebidas espirituosas está muy relacionada con las órdenes religiosas medievales, los monasterios y en algunos casos, las órdenes monástico militares. Hay quienes dicen (R. Guenón), que Occidente perdió su tradición iniciática, su relación con el "centro del mundo", cuando eliminó la Caballería.
Volviendo al nuevo enfoque de esta década, aún no me queda claro si se trata de una oportunidad para el nacimiento de un capitalismo humanista, o como los más poderosos virus, es una mutación que lo hace inmune a los nuevos anticuerpos. Mientras tanto, prefiero que se comuniquen esos principios... Al que pide pan, doy pan y puchero / y el honor de salvar al mundo entero / se lo dejo a los sabios y a los reyes.






