lunes, 20 de abril de 2009

Hola. Soy el Chef.

Me encantaría decirles mi nombre y tener Facebook, pero me persiguen… Me acusan de satanista, de mojigato, de zurdo, de facho, de desertor, de ultranacionalista, de homosexual, de homofóbico, de gallego bruto y de sudaca, entre otras cosas.

Es muy difícil ser paria. Me consuela el hecho de que los profetas son parias… Confieso que me encantaría ser profeta, porque me fascina decir “te lo dije”. Ser paria es el primer paso para ser profeta… y para aprender a cocinar en el medio de la nada. Afortunadamente, luego de años caminando por el desierto, Lord Wönajohn y el Moi-tsé Tung me abrieron las puertas de su fortaleza… nos conocemos desde tiempos bíblicos… Precisamente fue en la Parábola del Eucalipto: luego de años de guerra en Canaan Park, formamos una alianza del carajo (y lo difícil no es irse al carajo, sino volver del carajo).

Volviendo… Escribo hace cinco largos años en Støner Brunch y tengo la fuerte sospecha de que nadie lo mira (mi Blog más famoso es otro pero corro peligro si lo digo). Siempre he tratado de ser medido y respetuoso cuando escribo, pero aquí trataré de relajarme un poco más; aunque evitaré lo explícito, lo escatológico, lo burdo, lo insultante y lo narcisista (que abunda en este medio). Aceptaré críticas e insultos, golpes y reclamos; pero nunca jamás admitiré que me apuren para sacar el cordero del horno antes de tiempo. Las cuatro horas (como mínimo) son sagradas… En mi sección de este Blog abordaremos cuestiones de marxismo gastronómico (y gastronomía marxista) y espero que os guste (sino no comen).

Les mando un cordial saludo y recuerden que nunca es un mal día para empezar, volver o dejar de tomar Whiskey (tómenselo como quieran).

Cheers.

El Chef